Generalmente, los niños realizan una respiración incorrecta, subiendo los hombros y el pecho a la hora de inspirar. Esto no es adecuado, puesto que debemos llevar a cabo una respiración diafragmática-abdominal, llenando el diafragma de aire, al inspirar.
Debemos inspirar por la nariz y espirar por la boca, llenando el diafragma de aire. A los niños le digo que llenamos la barriga de aire. Para ello, una actividad lúdica es tumbarlos, ponerles un objeto ligero en el diagragma (un estuche pequeño por ejemplo) y enseñarles a coger el aire por la nariz, llenando el diafragma de aire, de forma que el estuche sube y despues baja, miestras expulsan el aire. Tumbados es más fácil de aprender, que sentados o de pie.
Igualmente hay que enseñarles a respirar bien para que no se queden sin aire al hablar, haciendo pausas en el discurso oral, trabajando una correcta coordinación fono-respiratoria.
Es muy importante también trabajar la respiación en casa.
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